Uno de los lugares más sorprendentes de la ciudad: la primera plaza de toros de Valladolid, construida en 1833, sobre las casas del Conde de Salinas. Toma inspiración octogonal de otros cosos como los de Granada o Jerez de la Frontera. En los años ochenta del siglo XX fue rehabilitado como uso residencial, adoptando un aspecto similar a las corralas madrileñas.
Uno de los lugares más sorprendentes de la ciudad: la primera plaza de toros de Valladolid, construida en 1833, sobre las casas del Conde de Salinas. Toma inspiración octogonal de otros cosos como los de Granada o Jerez de la Frontera. En los años ochenta del siglo XX fue rehabilitado como uso residencial, adoptando un aspecto similar a las corralas madrileñas.