La ruta de El hereje recorre los principales lugares que Miguel Delibes describe en su novela, El itinerario reconstruye la villa en su momento de máximo esplendor: la primera mitad del siglo XVI, cuando contaba ya con una población de 28.000 habitantes. El recorrido permite detenerse en lugares propios de a novela, así como en los principales edificios del renacimiento vallisoletano.
El Auto General de Fe del Doctor Cazalla
La villa de Valladolid se convirtió en al año 1559 en el epicentro de la guerra religiosa. El Santo Oficio actuó contra un grupo luteranizante que estaba formado por élites intelectuales y religiosas, dirigidos por la familia de los Cazalla. Agustín Cazalla era Capellán del Emperador Carlos y predicador de la Corte, pero en Alemania entró en contacto con el luteranismo, convirtiéndose en el punto de referencia ideológico y espiritual de su familia, y haciendo de su casa un foco de proselitismo.
El proceso inquisitorial se llevó a cabo con celeridad y severidad, en presencia de la regente Juana de Austria, que siempre estuvo influenciada por Carlos V, y consideraba a los reos más como rebeldes políticos que como herejes religiosos. Pese a todo, el 21 de mayo de 1559 se celebró el auto general de Fe, en el cadalso montado en la Puerta del Campo, en el que se quemaron en vida los que no habían dado muestras de arrepentimiento, en tanto que aquellos que habían abjurado (entre ellos el propio Cazalla) se les concedió el privilegio del garrote vil antes de la quema.
La ruta de El hereje recorre los principales lugares que Miguel Delibes describe en su novela, El itinerario reconstruye la villa en su momento de máximo esplendor: la primera mitad del siglo XVI, cuando contaba ya con una población de 28.000 habitantes. El recorrido permite detenerse en lugares propios de a novela, así como en los principales edificios del renacimiento vallisoletano.
La villa de Valladolid se convirtió en al año 1559 en el epicentro de la guerra religiosa. El Santo Oficio actuó contra un grupo luteranizante que estaba formado por élites intelectuales y religiosas, dirigidos por la familia de los Cazalla. Agustín Cazalla era Capellán del Emperador Carlos y predicador de la Corte, pero en Alemania entró en contacto con el luteranismo, convirtiéndose en el punto de referencia ideológico y espiritual de su familia, y haciendo de su casa un foco de proselitismo.
El proceso inquisitorial se llevó a cabo con celeridad y severidad, en presencia de la regente Juana de Austria, que siempre estuvo influenciada por Carlos V, y consideraba a los reos más como rebeldes políticos que como herejes religiosos. Pese a todo, el 21 de mayo de 1559 se celebró el auto general de Fe, en el cadalso montado en la Puerta del Campo, en el que se quemaron en vida los que no habían dado muestras de arrepentimiento, en tanto que aquellos que habían abjurado (entre ellos el propio Cazalla) se les concedió el privilegio del garrote vil antes de la quema.