Una de las calles más interesantes de Valladolid, testigo de mil historias diferentes. Como botón, en la esquina con la plaza del ochavo nació San Pedro regalado, patrón de la ciudad. Al final de la calle se inició el fuego que arrasó el centro de la ciudad en el siglo XVI. Estéticamente, es una calle que guarda singulares fachadas decimonónicas que conviven con la traza renacentista del resto del conjunto.
La furia del fuego. El incendio de 1561
El domingo 21 de septiembre de 1561 se inició un fuego en la casa existente en la confluencia de las calles Costanilla (actual Platerías), Rúa Oscura y Macías Picavea. Al parecer, fue iniciado en la casa del platero Juan de Granada, que estaba trabajando de madrugada. El incendio se extendió por toda la ciudad, por estar hechas las casas de madera, y se sofocó dos días después. Al llegar a la plaza del Ochavo, el fuego tomó varias direcciones, extendiéndose por las 440 casas colindantes.
Fruto de aquel incidente, fue la creación del primer cuerpo de bomberos de la ciudad, encargado a los moriscos, y la renovación urbanística del centro de Valladolid, que adoptó aires renacentistas. Aquel es el origen de los soportales que existen en torno al ayuntamiento.
Una de las calles más interesantes de Valladolid, testigo de mil historias diferentes. Como botón, en la esquina con la plaza del ochavo nació San Pedro regalado, patrón de la ciudad. Al final de la calle se inició el fuego que arrasó el centro de la ciudad en el siglo XVI. Estéticamente, es una calle que guarda singulares fachadas decimonónicas que conviven con la traza renacentista del resto del conjunto.
El domingo 21 de septiembre de 1561 se inició un fuego en la casa existente en la confluencia de las calles Costanilla (actual Platerías), Rúa Oscura y Macías Picavea. Al parecer, fue iniciado en la casa del platero Juan de Granada, que estaba trabajando de madrugada. El incendio se extendió por toda la ciudad, por estar hechas las casas de madera, y se sofocó dos días después. Al llegar a la plaza del Ochavo, el fuego tomó varias direcciones, extendiéndose por las 440 casas colindantes.
Fruto de aquel incidente, fue la creación del primer cuerpo de bomberos de la ciudad, encargado a los moriscos, y la renovación urbanística del centro de Valladolid, que adoptó aires renacentistas. Aquel es el origen de los soportales que existen en torno al ayuntamiento.